Horóscopo de Hoy

Superar una infidelidad

Cuando aparece la infidelidad en la pareja una gran cantidad de emociones dolorosas se apoderan de aquel que descubre la infidelidad.
Inevitablemente su autoestima y su confianza en sí mismo se ven mermadas. Siente que ya no puede confiar en su pareja y el mundo le parece un lugar hostil. En el horizonte aparecen dos opciones: la ruptura (evidente cuando el amor se ha evaporado y la infidelidad no ha sido más que el detonante para darse cuenta de que la relación no funcionaba) o la idea de continuar con la relación. En cualquier caso, ese momento de emociones desbordadas no es el mejor para tomar decisiones apresuradas.

Reconstruir la relación es posible, especialmente cuando en el pasado se compartió una conexión de almas muy grande y cuando a pesar de la infidelidad todavía sigue en pie la estructura básica de la pareja. Pero será indispensable reparar la confianza y el compromiso en la pareja.

En ese casos es necesario reinventar la relación pero eso pasa obligatoriamente por aprender a expresar el amor abiertamente (especialmente por parte de la persona infiel) Aprender a pedir pequeños gestos amables y aprender a darlos, por supuesto. Junto con esto, para que la relación se recomponga serán necesarios nuevos compromisos que pueden implicar cambios laborales o sociales. Por ejemplo, quien ha sido infiel necesita alejarse de la persona con la que mantuvo la aventura. Los gestos son indispensables pero serán creíbles cuando reflejen lo que nuestro corazón quiere expresar realmente.

Hacer frente a una infidelidad

Toda infidelidad evidencia algo en la pareja que no terminaba de funcionar bien. Grietas de las que a menudo no se es consciente y por las que precisamente acaba colándose esa tercera persona que nos hace vivir despreocupados, sin tensiones, sin cargas... Pero en realidad esto no es más que un espejismo y somos nosotros quienes estamos dejando las preocupaciones fuera de esa relación. Estamos huyendo de nuestros problemas durante un tiempo sin saber que antes o después volverán a emerger.

El impacto psicológico de una infidelidad es muy grande. Lo habitual es que desencadene peleas en las que uno y otro miembro de la pareja se culpen mutuamente y cada uno tenga una versión distinta de lo sucedido. Pero si hemos optado por seguir con la relación, debemos esforzarnos por dejar ese conflicto aparcado junto con la rabia e indignación que sintamos. Es momento de investigar de forma objetiva qué sucedía con nuestras emociones antes de que ocurriera la infidelidad.

Detrás de cada pregunta que nos hagamos se puede esconder una herida que nos duela y muchas veces identificamos a nuestra pareja como el causante del dolor que dicha pregunta encierra. Pero si somos honestos con nosotros mismos veremos que los problemas se apoyan en cuestiones propias no resueltas. Por ejemplo, si en una relación no nos sentimos valorados, creeremos que el problema es de nuestra pareja porque no nos sabe reconocer pero si miramos dentro de nosotros mismos veremos que somos nosotros quienes no somos capaces de reconocernos como personas valiosas y por eso buscamos que nuestra pareja nos reafirme. Pero si somos capaces de reconocer ese valor por nosotros mismos no necesitaremos que nadie calme nuestro dolor de no sentirnos suficiente.

El trabajo de ambos miembros de la pareja consiste en poder identificar las necesidades insatisfechas de uno y otro para poder pedirle a la otra parte de la pareja que nos ayude a sanar, a crecer. La ayuda del otro es fundamental pero de nada sirve si cada uno no hace su tarea. Entonces, cuando todas nuestras partes sanen será difícil que la infidelidad tenga un espacio y la pareja será ese lugar donde nos sentiremos seguros, valorados, y felices.