Horóscopo de Hoy

Vuelve a enamorarte

Todo el mundo pasa en algún momento de su vida, por una ruptura sentimental. Superar esta situación triste y dolorosa no es fácil y a menudo se tiende a pensar que lograrlo pasa por olvidar. Pero no es así, porque si olvidásemos el pasado volveríamos a cometer los mismos errores una y otra vez. Superar una ruptura consiste en avanzar, reflexionar, perdonarnos a nosotros mismos, al otro y aceptarnos.

Una vez nuestras emociones estén en calma, estaremos preparados para volvernos a enamorar. Sin embargo, antes de iniciar cualquier relación es necesario haber "conquistado nuestra soledad", es decir, haber aprendido a ser felices con uno mismo. Solo desde este estado de seguridad y templanza podremos estar preparados para empezar una nueva relación.

Pero tras una ruptura, y por muy preparados que creamos que estamos para volver a comenzar, es común que tengamos miedo al amor. Pero en realidad lo que estamos haciendo es confundir amor con desamor, porque no sufrimos por amor, sino por desamor. Porque es el desamor el que deja una herida abierta por la entran monstruos, inseguridades y temores. Esos miedos que surgen pueden ser de distinto tipo: miedo a volver a tener una mala experiencia, al rechazo, a no poder mantener una relación seria, al compromiso, a la pérdida de libertad... Pero hasta sentir miedo al iniciar una relación puede llegar a ser positivo. El miedo puede hacernos reflexionar acerca de los errores cometidos en el pasado, a fin de encontrar una solución a ese problema que podría volver a suceder.

pareja enamorada

A menudo los problemas que surgen entre las parejas están motivados por cuatro causas comunes:
- Falta de atenciones superada la primera etapa: en la primera etapa de cualquier relación solo se comparte ocio, pues existe una falta de confianza como para compartir los problemas. Pero una vez que ya hemos conquistado a la otra persona tendemos a dejar de ser gratificantes, cuando precisamente el amor es precisamente eso. Un intercambio mutuo de conductas gratificantes.
- Falta de habilidades de comunicación y de negociación: son necesarias, por un lado, para hablar de los problemas sin hacerse daño y por otro para aprender a ceder cuando nuestra opinión no coincide con la de nuestra pareja.
- Obligar a nuestra pareja a dotar a nuestra vida de sentido: no podemos pretender que nuestra pareja llene los huecos de nuestra vida que ni siquiera nosotros sabemos llenar. Debemos ser capaces de llenar nuestra vida con aficiones, amigos, ilusiones, etc. No sólo porque seremos más felices en soledad, sino porque también tendremos más que aportar a nuestra relación.
- Falsas expectativas ante una relación: existen una serie de expectativas totalmente irreales y sin embargo comunes a la hora de empezar una relación y que a menudo acaban provocando su fracaso, puesto que no se ven satisfechas al ser totalmente falsas. Entre estas está el esperar que nuestra pareja adivine nuestros sentimientos y necesidades en todo momento, que nos haga siempre feliz, que nunca nos haga discutir, que siempre esté disponible para nosotros, que nos lo cuente absolutamente todo, que se compenetre con nosotros en absolutamente todo o que exista con ella de forma espontánea un gran nivel de atracción física.

A pesar de ésto hay algo que tenemos que tener muy claro, y es que nuestro objetivo no debe ser tener pareja, sino ser felices. Podemos ser felices sin tener pareja pese a la tendencia innata a emparejarse del ser humano. No tener pareja no significa estar solo, al igual que el hecho de tenerla tampoco se traduce en sentirnos completos y felices.
Se trata de que seamos capaces de encontrar la felicidad sea cual sea nuestra situación.