14 de febrero, día de San Valentín. El día de los enamorados por excelencia y también el de las cenas románticas, los regalos, las flores y los bombones. Pero no necesitas tener pareja para celebrar San Valentín, y esto es así por la sencilla razón por la que tampoco necesitas tenerla para sentirte bien y ser feliz.
Existen muchas formas alternativas de celebrar San Valentín. Si lo que te apetece es quedarte en casa, puedes dedicarte a no hacer absolutamente nada, a ver películas compulsivamente, retomar ese libro que tienes a medias, darte un baño con sales o prepararte una cena suculenta para ti sola.
Pero si eres de las que no les gusta mucho cocinar para sí misma y prefieres tener compañía te proponemos un divertido plan: organiza una cena para solteros. Puedes convertirla en una noche de "solo chicas" o por el contrario invitar a amigos y amigas solteras (una opción seguro que más divertida y de la que, quien sabe, tal vez incluso surja alguna nueva pareja).
Puesto que se trata de una cena por San Valentín, decora el salón de tu casa en tonos rosa, plateado y blanco. Puedes comprar globos rojos y de color plata con forma de corazón y colocarlos en las esquinas o dejarlos sueltos. Crea un ambiente agradable con una luz tenue y unas velas dispersas por los muebles. Si quieres darle un toque extra romántico a la decoración, compra rosas y colócalas en varios jarrones en las mesas.
Respecto al menú, lo mejor es que no te compliques demasiado la vida. Tanto si te gusta cocinar como si no es lo tuyo, todo será más sencillo si te decantas por unos aperitivos fríos en lugar de por una cena de cuchillo y tenedor. Esto os permitirá que podáis cenar sentados cómodamente en el salón y en un ambiente mucho más distendido y relajado.
Si quieres sorprender a tus invitados con un detalle original y romántico, sirve los aperitivos en bandejas en las que hayas dibujado previamente un corazón con ayuda de un pintalabios.
Espérales con una copa de la bebida que hayas elegido para la cena (cava, champagne o vino) preparada para cada uno y recíbelos al ritmo de una canción romántica agradable.
El postre será otro de los momentos estrella de la noche en el que sorprender una vez más a tus invitados. Puedes hacer o comprar unas fresas bañadas en chocolate y acompañarlas de bombones de todos los sabores y cómo no, forma de corazón.
Para que después de la cena a tus invitados no empiece a entrarles el sueño, tendrás que pensar en algo que hacer. Una buena idea es organizar un concurso de cocktails. Prepara las botellas, una coctelera y el resto de los accesorios y que tus invitados dejen volar su imaginación. Otra idea para que tus invitados se conozcan mejor es organizar algún tipo de juego. Un karaoke o el clásico juego de las películas por grupos pueden ser perfectos para que rompan el hielo y se relacionen entre ellos.
El broche final a la fiesta puedes ponerlo teniendo un pequeño detalle con cada uno de tus invitados. Una sencilla cajita de bombones con una nota personalizada en la que les agradezcas su asistencia te consagrará como la mejor anfitriona del mundo.