Horóscopo de Hoy

Respeta la identidad de tu hijo

Todos los niños desde que nacen empiezan a dar muestras de que tienen un temperamento propio. Incluso cuando son recién nacidos. Podemos ver las diferencias tan grandes de comportamiento que existen entre unos bebés y otros: unos duermen mucho, otros pasan muchas horas despiertos; unos se sienten atraídos por los sonidos, otros se sobresaltan y lloran ante cualquier ruido...

En este momento en el que empieza a formarse su personalidad podemos optar por respetarla y guiarnos por sus preferencias y señales o por no hacerlo y esperar a que sea él quien se adapte a nuestras decisiones. En cualquier caso, que le respetemos la mayoría de las veces y otras nos impongamos nosotros no cambiará la personalidad del niño. Lo que importa es el balance final que con los años haga. Si el niño aprende que sus opiniones y deseos cuentan o que tiene que limitarse a callar y obedecer. Con cada comentario que le hagamos y cada gesto que tengamos con él iremos influyendo día a día sin darnos cuenta en su carácter.

La mejor opción a la hora de educar a nuestros hijos es respetar su identidad. Esto significa tratarles como lo que son, personas. Respetando su individualidad, sus aficiones, preferencias e intereses. Incluso si son distintos de los nuestros, algo que a muchos progenitores les cuesta porque tienden a querer que sus hijos compartan las mismas aficiones e intereses que ellos tienen.

Familia feliz

Además, respetar la individualidad del niño, sus valores e intereses hace que la tarea de educarles sea mucho más sencilla y gratificante puesto que lo que se obtiene a cambio es colaboración. Para lograr obtenerla podemos seguir una serie de pautas:

- Transmitirles valores desde el ejemplo: hay valores como el respeto, la igualdad entre sexos, el rechazo a la violencia... que solo se pueden transmitir a través del ejemplo. Si queremos que nuestros hijos respeten al resto de los niños no pueden oírnos descalificando a todo el mundo, o si pretendemos que entiendan lo que significa la igualdad entre sexos lo mejor será que vean que sus padres se reparten las tareas domésticas y la autoridad en casa.

- Dejarles que tomen sus propias decisiones: es cierto que no siempre es posible (en esos casos en lugar de plantearles una pregunta hay que plantearles una afirmación), pero hay muchas ocasiones en que sí es posible que elijan. Pueden elegir por ejemplo, el color de la camiseta que quieren ponerse.

- Respetar sus decisiones: no es conveniente forzarles a hacer algo que no les apetece. Por ejemplo, si le proponemos que practique un deporte y dice que no, no debemos empujarle a ello.

- Regañarles exclusivamente por sus acciones: a menudo caemos en el error de confundir sus acciones con sus cualidades y esto les puede acabar hiriendo su autoestima. No es lo mismo decirle a un niño "no digas mentiras" que "no seas mentiroso". Con el primer ejemplo estamos diciéndole que ha dicho una mentira mientras que con el segundo estamos transmitiéndole la idea de que las dice siempre.

- Darles amor sin límite: hay padres que creen que una educación férrea y disciplinada hará que sus hijos sean adultos fuertes el día de mañana pero lo que realmente fortalece no es esto sino el afecto. El cariño, el contacto físico y el amor de los padres, especialmente durante los primeros años de la vida de un niño, le dotará de herramientas para enfrentarse a la adversidad en el futuro como una autoestima fuerte y una firme confianza en sí mismos.