Horóscopo de Hoy

¿Por qué queremos cambiar a nuestra pareja?

La pasión inicial propia del enamoramiento hace que a menudo seamos incapaces de ver los defectos en el ser amado. Pero transcurrida esta etapa los sentimientos cambian y es habitual que lo que nos atrajo en un primer momento nos empiece a molestar. Lo que ocurre es que la pasión da paso a la búsqueda de lo que los expertos llaman el amor compañero. En esta etapa buscamos en nuestra pareja una química intelectual, confianza, sentido del humor parecido, unos objetivos comunes… y las diferencias profundas se convierten en un obstáculo para lograrlo.

Es entonces cuando solemos pensar que si nuestra pareja nos quiere cambiará, sin ser conscientes de que en vez de pedirle que cambie lo que deberíamos hacer es tratar de entender las diferencias que tenemos con nuestra pareja. Si sabemos entenderlas para complementarnos, nos unirán, mientras que de lo contrario acabarán por separarnos. No podemos pretender que nuestra pareja sea como nosotros ni tampoco pedirle que renuncie a ser él mismo.

Pero el deseo de cambio en nuestra pareja no sucede sólo por el declive de la pasión. A veces sucede porque las diferencias se exageran o porque ya no buscamos las características que buscábamos antes en nuestra pareja. (Por ejemplo una mujer que se quede embarazada y necesite ver en su pareja a un padre en lugar de solo un amante como le ocurría anteriormente)

Mujer que quiere cambiar a su pareja

Pero en el deseo de cambiar al otro también influyen los efectos de saturación y habituación. El efecto de saturación se manifiesta cuando las cosas que al principio apenas nos molestaban acaban haciéndose insoportables. Mientras que el efecto de habituación se da cuando acabamos acostumbrándonos a lo bueno y dejamos de valorarlo.

En ocasiones el afán de cambiar al otro puede revelar un deseo de controlar y una actitud de dominio que la persona desea ejercer sobre su pareja. Con el tiempo el afán de control puede llevar a una verdadera invasión y dominio del otro que haga peligrar la relación.

A la hora de decirle a nuestra pareja lo que nos gustaría que cambiara para hacernos más felices deberíamos ser conscientes en primer lugar, de cómo nos sentiríamos nosotros si fuese al revés. Lo más probable es que sintiésemos una cierta hostilidad. Para que esto no ocurra es esencial que mantengamos un diálogo sincero y honesto con nuestra pareja desde el cariño y el respeto. El secreto está en aplicar siempre la tolerancia antes de hacer cualquier petición de cambio. Es decir, plantearnos si podemos ser capaces de ser tolerantes con ese aspecto de nuestra pareja y reconocer si quizá le estamos pidiendo que cambie como consecuencia de algún tipo de manía nuestra. Además, debemos plantear siempre cambios que supongan algo positivo para los dos. Si el cambio que proponemos sólo supone un beneficio para nosotros, nos estamos dejando llevar por el egoísmo más puro.

Si somos nosotros quienes aceptamos un cambio propuesto por nuestra pareja debemos ser conscientes de que no será una tarea fácil, pues con la edad resulta cada vez más complicado cambiar. Pero pese a eso podremos cambiar todo aquello que no forme parte esencial de nuestra personalidad si verdaderamente somos nosotros quienes deseamos ese cambio.

Debemos tener siempre presente que la felicidad de la pareja tiene tres grandes secretos: aprender a elegir, aprender a construir y aprender a corregir.