Horóscopo de Hoy

Mejora la relación con tus padres

La relación con nuestros padres está en la base de nuestra personalidad. Esta relación está llena con frecuencia de sentimientos contradictorios y condicionará nuestras relaciones futuras tanto con nuestras parejas, como con nuestros hijos, con nuestros amigos y con la sociedad en general.

Llegados a la edad adulta, la relación con nuestros padres puede ser complicada fruto de conflictos vividos durante la infancia y la adolescencia.

Algunos padres fundamentan la relación con sus hijos en el chantaje emocional desde que son pequeños y continúan haciéndolo cuando son adultos. De esa forma consiguen que los hijos acaben por creer que desobedecerles no es solo incumplir una norma sino "hacer sufrir" o "poner enfermos" a sus padres. Esta idea permanece en su mente hasta que son adultos y la única forma de que se liberen de esa culpa es darse cuenta de ello, algo que no es fácil.

Pero a veces los hijos alimentan esa visión dependiente de los padres con su actitud temerosa. El miedo a que se enfaden (aprendido en la infancia) les lleva a obedecer a sus padres cuando ya son adultos y los padres no sólo se acostumbran a ese poder, sino que se aferran a él. Este tipo de dependencia con los padres puede convertirse en un problema grave cuando interfiere en las relaciones de pareja de sus hijos. Es frecuente que la pareja rivalice con alguno de los progenitores que la ven como alguien culpable de sus males y de haber cambiado la personalidad de su hijo.

Hija con sus padres

Otra cuestión que interviene de forma decisiva en la personalidad de alguien es el rol que asumía en su familia. No solo con sus padres, sino también con tíos y abuelos. El rol que cada uno adopta es el que le es asignado por los demás. A un niño que se le repite constantemente "eres igual que tu padre", se identificará con él y con el tipo de relación que éste mantiene con otros miembros de su familia. Pudiendo llevar esto a incidir demasiado en la relación de los padres, aliándose con uno para enfrentarse al otro y estas alianzas a menudo impiden mantener o fortalecer el vínculo con el progenitor "en conflicto".

Pero debemos ser conscientes de que nuestros padres, también fueron hijos y tuvieron sus condicionantes. Forjaron su personalidad para sobrevivir ante ellos y por eso debemos aceptarlos tal y como son, con sus defectos. Una vez lo hayamos hecho son muchas las pequeñas cosas que podemos hacer para mejorar esa relación que nos une a ellos, para lograr estrechar los lazos que nos unen. Hacerlo nos permitirá sentirnos en paz con nosotros mismos y con ellos.

- Comparte más tiempo: queda con ellos a comer de vez en cuando, busca una afición que podáis compartir, ofréceles tu ayuda sin que te la pidan, comparte con ellos tus inquietudes, interésate por las suyas… porporciónales en definitiva un espacio en tu vida.
- Reconoce lo que te han dado: identifica las cosas que te resultan útiles de lo que te han enseñado. Desde lo más sencillo a los valores que conforman tu ética personal. Eso te servirá para que seas consciente de lo que has aprendido de ellos.
- No te quedes en el pasado: si tienes una relación conflictiva con tus padres, elige cuáles son los conflictos que vale la pena afrontar y evita los demás. No tiene sentido sufrir por cuestiones que ya no pueden solucionarse.
- Abuelos para tus hijos: si tienes hijos, deja que construyan su propia relación con sus abuelos sin que interfieras apenas en ella.
- No cargues con lo que no te corresponde: no debes cargar con los problemas emocionales de tus padres. Ni eres el culpable de sus problemas, ni el encargado de resolverlos, pese a que puedas ayudarles. Ser consciente de ello hará más fácil vuestra relación.