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La manipulación de los sentimientos

Desde pequeños aprendemos tretas y artimañas para que los demás hagan aquello que deseamos, es decir, para que satisfagan nuestros deseos. Así por ejemplo, los niños lloran, o patalean cuando desean conseguir algo. La manipulación es un recurso fácil que todos tenemos a mano y que nos permite también hacer responsables a los demás de nuestros propios problemas y responsabilidades.

El chantaje emocional es la forma más habitual de manipular los sentimientos de alguien con quien mantenemos una vinculación afectiva (nuestros padres, nuestra pareja, mejor amigo, etc.) con el objeto de conseguir lo que se desea. Es manipulación incluye someter a la "víctima" a la culpa y el remordimiento con el objetivo final de que esa persona acabe cediendo una vez más y para evitar la confrontación y como muestra de su amor

El chantaje emocional es muy común entre las parejas y el principal problema reside en que la mayoría de las veces quien utiliza de forma habitual al chantaje emocional no es consciente de ello, como tampoco lo es quien lo sufre. Bajo la apariencia del interés o la preocupación por la pareja se esconde el verdadero interés del chantajista por manipular a su pareja sin saber que el daño que le está causando sobre su autoestima y dignidad.

Manipulación de sentimientos en una pareja

El chantejeador emocional sin embargo, sí ama en la mayoría de los casos a su pareja, pero se trata de un amor tóxico. Entiende el amor como un campo de batalla en el que el entendimiento, el consenso, el equilibrio no tienen importancia y mientras que sí lo tiene el hecho de satisfacer sus deseos para ser feliz junto a su pareja.

El chantajeador a la hora de actuar, suele decantarse por la amenaza directa o indirecta, porque sabe que su pareja valora la relación que tienen y por ello se hace fuerte para exigirle todo cuanto desea, aunque sea de forma subliminal. Según el comportamiento que tenga el chantajista, puede adoptar uno de los siguientes roles:
- El castigador: interpreta el papel de poderoso en la relación y amenaza a su pareja con frases como “O haces esto o…” aunque rara vez las cumplen.
- El autocastigador: pretende que su pareja adopte un papel de padre o madre y por eso sus amenazas van dirigidas a hacerse daño ellos mismos. Sus amenazas son del tipo: "Si no haces esto, me pondré enfermo". Pretenden que su pareja lo deje todo para consolarles si tienen algún problema.
- La víctima: su amenaza es clara "si no haces eso estaré muy triste por tu culpa" Son personas depresivas y poco expresivas que pretenden que su pareja sepa adivinar qué les ocurre en todo momento. Parecen débiles pero su chantaje es muy efectivo.
- El atormentador: promete amor y felicidad a su pareja si ésta hace todo lo que él quiere pero cada vez le pide más y más y nunca proporciona lo prometido. Su pareja mantiene la esperanza de ver cumplida su esperanza algún día mientras el chantajeado cada día tiene menos autoestima.

Puede ser que detectemos en nosotros mismo cierta tendencia a utilizar el chantaje emocional. En ese caso debemos saber que no está todo perdido y sí podemos cambiar esta actitud tan negativa con nuestra pareja y con nosotros mismos.

Para ello debemos empezar por no responsabilizar a nuestra pareja de nuestras emociones. Está claro que forma parte de ellas, pero no las crea y por lo tanto no podemos hacerle sentir culpable si por ejemplo, nos sentimos tristes. Al igual que tampoco podemos exigirle que haga algo que nos hará felices. Podemos expresar nuestro deseo, pero debemos dejarle la libertad de elegir si quiere satisfacerlo o no.
Es importante por otro lado aprender a expresar abiertamente nuestras emociones y sentimientos. Si algo nos disgusta es mejor que lo hablemos abiertamente con nuestra pareja para evitar así la tentación de manipularle para que entienda cómo nos sentimos sin decírselo.
Por último, es clave igualmente ayudar a nuestra pareja a comprender sus sentimientos para de esta forma evitar que se enquisten y acaben dando pie a un conflicto más adelante.