La kinesiología es una disciplina que surgió en los años 60 y que fue desarrollada por expertos en quiropraxia (entre ellos el doctor el doctor G. Goodheart) y osteopatía. Su objetivo es el equilibrio energético del paciente a todos los niveles (físico, emocional, mental y energético) y siempre siguiendo las instrucciones del propio cuerpo.
Durante una sesión de kinesiología, dado que todos nuestros niveles se encuentran integrados, se van asociando de forma rápida y directa las emociones a dolores o sensaciones corporales y pensamientos o vivencias a desequilibrios energéticos reales. No se equilibra solo a nivel físico o energético, sino de forma integradora y global.
La kinesiología considera que los músculos absorben el estrés al que estamos sometidos, y puesto que lo estamos de manera permanente (unas veces de forma consciente, otras de manera inconsciente), esta disciplina evalúa los músculos del paciente a través de test musculares para ver el nivel de estrés al que están sometidos.
Distingue un total de 14 test musculares básicos: uno para cada meridiano bilateral de acupuntura, más vaso concepción y vaso gobernador. En cada test el cuerpo del paciente participa de forma activa con el fin de localizar dónde está el estrés, o lo que es lo mismo, el desequilibrio energético. No obstante y aunque el cuerpo muestre el desequilibrio, es la persona quien debe asumirlo y tener voluntad de cambio, ya que no siempre es así y a veces preferimos continuar en esa situación antes que cambiar (por ejemplo los fumadores que dicen que quieren dejar de fumar pero en el fondo no es así porque no hacen nada para lograrlo).
Cada test informa al terapeuta del estado del músculo del paciente y éste valora la calidad de su respuesta. De forma que si el músculo está débil, puede tonificarlo utilizando los puntos neurolinfáticos (facilitan el drenaje y la nutrición), neurovasculares (aumentan el flujo sanguíneo localizado), masajeando directamente el meridiano, utilizando los puntos de presión de la acupuntura o comprobando si existe una carencia de los nutrientes asociados. Sea cual sea la técnica utilizada, el terapeuta buscará devolver el cuerpo a un estado de equilibrio energético.
Toda reequilibración de kinesiología consta de cuatro pasos indispensables: detectar el desequilibrio energético que requiere de corrección, determinar el tipo de ayuda técnica que el paciente precisa, evaluar la corrección y anclar la corrección. Este último paso consiste en informar al organismo de que aquello que antes estaba bloqueado ahora ya no lo está, de forma que recupere el equilibrio con el menor gasto de energía posible. Podríamos pensar la corrección durará hasta que el paciente vuelva a vivir una situación de estrés que le provoque un nuevo desequilibrio, pero la corrección que proporciona la kinesiología nos ayuda también a saber cuáles son las causas de nuestro desequilibrio, ya que si no conocemos las causas y ponemos un remedio, la situación de estrés físico y emocional volverá a repetirse.
Son muchas las aplicaciones de la kinesiología: dificultades de aprendizaje, falta de concentración, dislexia (esta disciplina detecta aquello que nos bloquea y nos impide asimilar conceptos nuevos); en las alergias (está demostrado que tienen una gran base energético-emocional) o incluso en el tratamiento de dolores crónicos físicos.
Pero además la kinesiología también puede ayudarnos en nuestro crecimiento personal permitiéndonos vivir una vida más plena. Nos puede ayudar a conseguir los objetivos que nos planteemos (aprender un idioma, obtener un rendimiento deportivo superior, etc) puesto que elimina los bloqueos que nos impiden alcanzarlos.