La respiración es imprescindible para la supervivencia de todos los seres humanos y la mayoría de los seres vivos. La respiración hace que los alimentos puedan pasar su energía a las células gracias al aporte de oxígeno y expulsión de dióxido de carbono que lleva a cabo.
Pero su importancia no queda ahí. También interviene en la correcta circulación de la sangre, la combustión de las grasas superfluas, la regulación de las emociones, el funcionamiento de nuestros músculos, órganos y tejidos… Es por ello que muchos trastornos físicos y psíquicos (como por ejemplo la ansiedad o los problemas digestivos) pueden mejorar e incluso curarse gracias a la práctica de una adecuada respiración consciente.
La respiración tiene una particularidad: es a la vez un proceso consciente e inconsciente. Algo que no ocurre con ninguna otra función del cuerpo humano. La respiración es por ejemplo, totalmente inconsciente mientras dormimos, pero también es consciente cuando decidimos retenerla, acelerarla o ralentizarla.
El primer punto a tener en cuenta para realizar la respiración consciente es que debemos aprender a respirar con el abdomen ya que normalmente lo hacemos con el tórax. El segundo punto es recordar que debemos respirar siempre por la nariz. Los pelillos que existen en la nariz actúan de filtro frente a las impurezas y bacterias del aire mientras que si lo hacemos con la boca no existe ninǵun mecanismo que nos proteja de la entrada de todas esas sustancias nocivas.
El tercer punto es aprender a respirar en vez de en dos pasos (inspiración - espiración), en cuatro tiempos: inspiración, retención de la respiración, espiración y parada respiratoria.
- Mediante la inspiración cogeremos aire del exterior a través de la nariz para llenar nuestros pulmones. Lo haremos hinchando nuestro abdomen.
- A través de la retención de la respiración (también llamada apnea voluntaria) permitiremos a los pulmones llenos de aire poner en funcionamiento sus 700 millones de alvéolos, ventilando de esta forma partes de nuestros pulmones que rara vez lo hacen. Esta oxigenación estimula la circulación de la sangre y aumenta la seguridad en uno mismo y la resistencia a las influencias externas.
- Con la espiración expulsaremos poco a poco ese aire con el que habíamos llenado nuestros pulmones, "desinflando" el abdomen.
- La parada respiratoria, se producirá cuando con los pulmones completamente vacíos, permanezcamos unos segundos antes de volver a inspirar profunda y lentamente. Este paso facilita el retorno de la sangre venosa hacia el corazón.
No es necesario forzar los tiempos al llevar a cabo esta respiración en cuatro pasos. Podemos comenzar con un ritmo como este: dos segundos de inspiración, 6 de retención de la respiración, 4 de espiración y dos o tres de parada respiratoria.
Esta respiración puede ser practicada todos los días. Por su efecto relajante es muy recomendable antes de ir a dormir, ya que induce a la relajación, o al comenzar el día, pues al oxigenar las células nos proporcionará una gran energía.