Horóscopo de Hoy

Escucha a tu cuerpo

El cuerpo es una parte importantísima de todo ser humano que proporciona mucha información sobre él. Observando la postura corporal de una persona o su rostro, podemos saber por ejemplo, si se encuentra triste o si por el contrario se siente alegre y eufórico.

Nuestro cuerpo controla todas nuestras capacidades, nos alerta de nuestras necesidades físicas y emocionales y refleja en definitiva nuestra vida interior (pues cuerpo y mente forman una unidad). Pero pese a su importancia, a menudo nos acordamos de nuestro cuerpo sólo bajo dos pretextos. El primero es para lucirlo, como si de un escaparate se tratara, y de ahí que el momento en el que solemos estar más pendientes de nuestro cuerpo suela ser en verano. Los expertos señalan a este respecto que debemos ser capaces de cuidar nuestro cuerpo no como mero escaparate sino como el recipiente que nos permite hacer cosas, puesto que está demostrado que aquellas personas que tratan a su cuerpo con respeto y lo cuidan, logran vivir mejor y durante más años.

Mientras que el segundo motivo por el que prestamos atención a nuestro cuerpo es cuando éste manifiesta síntomas como la hipertensión, dermatitis, alergia, etc. No somos conscientes de la importancia de atender a nuestro cuerpo para vivir más y mejor, y esto está directamente relacionado con el mal hábito que hemos adquirido de vivir acelerados.

Mujer relajada en el sofá

Cuidar nuestro cuerpo es cuidarnos a nosotros mismos. Pero para ello debemos comenzar por escuchar los mensajes que constantemente nos está enviando nuestro organismo ya que ante cualquier emoción nuestro cuerpo es el primero que reacciona. Si por ejemplo somos capaces de identificar las habituales taquicardias o sudoraciones previas a un ataque de ira o pánico podremos tratar de controlar estas emociones. Estar atentos a las señales que nos envía nuestro cuerpo nos permitirá actuar en función de sus necesidades influyendo en nuestros sentimientos y pensamientos.

Pero además de escuchar estos mensajes debemos proporcionar a nuestro cuerpo la oportunidad de recargarse y recuperar su estado natural y espontáneo. Para ello existen numerosas técnicas que pretenden armonizar cuerpo y mente, es decir, coordinarlos, ponerlos a trabajar de forma conjunta con un solo objetivo: aumentar nuestro bienestar.

Pero sea cual sea el método por el que nos decantemos, para que sea verdaderamente eficaz hay que llevarlo a lo cotidiano. Estos son algunos pasos básicos a seguir en el día a día:
- Relajarnos: es necesario conseguirlo especialmente en momentos de estrés, bien sea a través de ejercicios de respiración o de cualquier otro tipo.
- Identificar las señales de peligro que nos envía nuestro cuerpo: taquicardias, sudoración, acaloramiento… son señales que debemos aprender a identificar para de esa forma tratar de parar la emoción que las provoca (ira, enfado, tristeza, etc).
- Identificar y desterrar los pensamientos tóxicos: esta clase de pensamientos nos alejan de la solución al problema y sólo nos conducen a una espiral de pesimismo y tristeza. En su lugar, es mucho más productivo que aprendamos a hacer una lectura positiva de la vida en la que seamos capaces de no juzgar a los demás ni a nosotros mismos.
- Atender las necesidades de nuestro cuerpo: necesitamos cuidar al cuerpo antes de que dé problemas, reforzando nuestros puntos fuertes y especialmente aquellos más débiles.
- Invitar a nuestros sentidos a abrirse: necesitamos aprender a "detenernos" a descubrir qué necesidades, limitaciones y potencialidades nos expresan nuestros propios sentidos.