El primer día de Primavera es también el día en que comienza en primer signo del zodiaco solar, Aries. Por ello para muchos cultos esta es la fecha la que marca el inicio del nuevo año. Nos referimos por ejemplo a los Rosacruces, a la brujería "wicca" o a los romanos hasta el año 45. Para todos ellos esta fecha situada entre el veinte y el veintiuno de marzo señalaba el momento en que la naturaleza renacía tras haber permanecido dormida durante el invierno, abriéndose un nuevo ciclo lleno de posibilidades.
Los días que precedían al equinoccio de primavera eran considerados en la antigüedad como días de purificación, puesto que se consideraba que la Diosa Natura estaba a punto de resurgir.
Alrededor de la fecha de comienzo de la Primavera, 20-21 de marzo, surgieron toda una serie de festividades entre las que se encuentra la Pascua cristiana. Ésta se considera que comienza el primer domingo después de la luna llena tras el equinoccio de primavera, por lo que su fecha oscila entre el 22 de marzo y el 25 de abril. La Pascua es la fiesta principal del cristianismo en la que se conmemora la resurrección de Jesús tras su crucifixión. Con ella termina la Semana Santa, período en el que se recuerda la muerte de Jesús.
Asociado a la Pascua se encuentra el símbolo del huevo. El huevo simboliza aquello que no existe pero que sin embargo contiene en su interior la esencia de la vida dispuesta a manifestarse, al igual que lo hace una semilla. De modo que podemos establecer un paralelismo entre huevo y primavera al entender que la primavera significa la apertura del huevo y el nacimiento de la vida.
Antiguamente y aún hoy continúa preparándose una torta con un huevo cocido en medio en Pascua. Con el tiempo este huevo ha ido sustituyéndose en algunos lugares por huevos de chocolate conocidos como "monas". En Estados Unidos continúa manteniéndose la tradición de regalar huevos pintados y decorados en esta fecha.
Conscientes de la importancia que supone la llegada de la primavera os contamos cómo podéis aprovechar el inicio de este nuevo ciclo para pedir un deseo que suponga crecimiento a cualquier nivel (por ejemplo mejorar en nuestro trabajo, encontrar el amor, etc)
Ritual del equinoccio de primavera
Realizaremos el ritual el 20 de marzo. Antes de comenzar necesitaremos disponer de los siguientes materiales: un tiesto mediano con tierra fértil, unas semillas (trigo, cebada o similares), una vela blanca, una vela verde, una caja de cerillas e incienso.
Nos sentaremos en el suelo colocando enfrente nuestro: a un lado el tiesto con tierra y las semillas; y a otro las dos velas, el incienso y las cerillas.
Cogeremos una cerilla y encenderemos con ella las dos velas y el incienso. A continuación saludaremos a la Naturaleza diciendo:
¡Poderes de la vida, que extendéis el verde del nuevo nacimiento por toda la Tierra, acudid a mi ensalmo! Conceded a mi deseo el poder de crecer hasta su objetivo, llevado de la mano de vuestro aliento y conducido por vuestros elfos y gnomos y toda clase de espíritus benéficos, hijos de la fuerza irresistible de la vida en crecimiento.
Colocaremos la mano sobre el humo del incienso y la moveremos arriba y abajo varias veces. Mientras movamos la mano recitaremos una nueva oración:
En el humo de la oración, elevo a vosotras, fuerzas de la vida y la naturaleza, mi petición de (diremos nuestro deseo), y, si es justo mi deseo y acorde a vuestras leyes, os pido que lo traigáis hasta mí.
Lo siguiente que haremos será coger las semillas con la mano derecha una a una e iremos enterrándolas en el tiesto mientras pensamos en aquello que queremos alcanzar y decimos:
Semillas cargadas con mi deseo, ¡creced y fructificad! Que vuestros tallos elevándose al cielo me adviertan que se acerca el momento en que mi petición ha de cumplirse. Cuanto más pronto crezcáis, más pronto llegará mi deseo de (diremos nuestro deseo) Cuanto más alto crezcáis, con más fuerza llegará mi deseo de… (diremos nuestro deseo)Traed mi petición hacia mí. ¡Que así sea!
Regaremos un poco el tiesto, dejándolo junto a las velas y el incienso, y nos marcharemos dando las gracias mentalmente y dejando que se consuman por sí mismos.
Cuidaremos del tiesto como si se tratase de cualquier otra planta. Su crecimiento simbolizará el cumplimiento de nuestro deseo.