Horóscopo de Hoy

Equinoccio de otoño

El veintiuno de septiembre tiene lugar el equinoccio de otoño. Es el instante en el que el día y la noche son igual de largos y a partir del cual los días comienzan a ser más cortos y las noches más largas. El hemisferio norte se desplaza hacia la oscuridad y el invierno. Se inicia por tanto la época de la decadencia, del ocaso, el período de recogimiento y el tiempo de conectar con las fuerzas de carácter espiritual.

El otoño es la época de la cosecha, el momento en el que se recogen los frutos de la tierra. Por ello la llegada de esta estación era celebrada por las distintas civilizaciones y culturas de diversas formas. Los pueblos nórdicos celebraban las festividades de la recolección sacando en procesión el carro del Sol tirado por potros blancos. Mientras que los judíos ayunaban en esta fecha porque consideraban que se trataba de un día en el que podían borrar sus pecados mediante este sacrificio. Otras culturas optaban por realizar rituales de retribución por los que se devolvía a la tierra parte de de lo obtenido de ella sembrando restos de pan o o de carne.

Puesto que el otoño es la época de recoger lo sembrado, debería ser también el momento en que nuestras esperanzas y deseos deberían comenzar a dar sus frutos. Si no es así debemos examinar qué ha ocurrido. Si tal vez ha sido a causa de nuestra impaciencia o de la pérdida de confianza en ellos. Si recuperamos la esperanza perdida podremos sembrar los sueños del próximo año.

Bosque en otoño

Ritual del equinoccio de otoño
Lo llevaremos a cabo el mismo veintiuno de septiembre. Antes de realizarlo necesitamos disponer de dos velas de color naranja oscuro y de una caja de cerillas. Antes de comenzar escoger un animal por el que sintamos cierta simpatía y conexión especial.

Para empezar con el ritual nos retiraremos a un lugar tranquilo. Una vez allí, encenderemos las velas y nos sentaremos en el suelo con los ojos cerrados. Nos imaginaremos caminando por un bosque otoñal y veremos como ese animal que habíamos escogido viene hacia nosotros. Sentiremos cómo al acariciarlo sentimos su poder y absorbemos su energía y fortaleza. Somos ese animal. Podemos correr, volar, caminar, nadar o reptar como él.
Seguidamente agradeceremos a nuestro animal su ayuda y terminaremos así el ejercicio de visualización.

Tras el ritual nos haremos con un pequeño amuleto que represente al animal que habíamos visualizado y lo llevaremos con nosotros. De esta forma podremos beneficiarnos de sus poderes siempre que lo necesitemos.