El mal de ojo es uno de los acto mágicos más antiguos y legendarios que el ser humano ha practicado a lo largo de la historia.
Consiste en el daño causado a una persona provocado por el deseo de otra de perjudicarle en todos los sentidos. Puede ser de dos tipos: voluntario e involuntario. Este último es el que realizan cada día millones de personas sin ser conscientes de ellos a través de pensamientos negativos, como la envidia, los celos o la crítica. Mientras que el mal de ojo voluntario es aquel que se realiza de forma intencionada, que esconde gran maldad y que requiere de una formulación mágica más amplia y ritualizada pues está considerado magia negra. Entre los motivos más habituales por los que alguien puede lanzarnos un mal de ojo voluntario se esconden la envidia o los celos.
No siempre es fácil saber que estamos siendo víctimas de un mal de ojo. Sus síntomas pueden ser los siguientes: las cosas no nos salen bien, nos sentimos faltos de energía, nuestra economía empeora, sentimos que cada vez nos cuesta más sonreír, no tenemos ganas de trabajar, tropezamos continuamente, se nos caen las cosas de las manos, tenemos dolores de cabeza, náuseas, vómitos, en el amor tampoco nos van bien las cosas y empezamos a no entendernos con nuestra pareja… Cuando se dan cuatro o cinco de estos síntomas al mismo tiempo, podemos estar hablando de mal de ojo.
Aunque el mal de ojo es un ataque contra nuestro ser y por tanto requiere de una pronta y contundente defensa, la mejor defensa posible que podemos hacer es proyectar amor, pues es la energía más grande, perfecta, pura y sencilla que existe. Es decir, no debemos odiar o desear mal a quien creemos que es el culpable de nuestros males. Debemos hacer todo lo contrario, desearle que encuentre su camino y evitar toda clase de pensamientos negativos. Junto con esto es importante que tratemos de no perder la calma puesto que un estado de angustia o nerviosismo haría que perdiéramos las energías que tanto necesitamos para combatir el mal de ojo.
La energía positiva y la actitud mental optimista son indispensables para vencer el mal de ojo. Si somos luz, la oscuridad no podrá con nosotros. Debemos convencernos en que tardemos el tiempo que tardemos (cuanto más tiempo se hayan estado sufriendo sus consecuencias más tiempo será necesario para acabar con él), acabaremos venciendo al mal de ojo.
Una vez tengamos la certeza de que el mal de ojo es la causa de nuestros males y creamos saber de dónde procede, podemos llevar a cabo una serie de medidas de emergencia para protegernos y proteger nuestro hogar.
- Durante siete días consecutivos no nos permitiremos ningún tipo de pensamiento negativo hacia nosotros ni tampoco hacia los demás.
- Llevaremos una dieta sana, evitaremos el tabaco y el alcohol y realizaremos deporte.
- Nos bañaremos dos veces al día en una mezcla de sal gruesa, zumo de limón, romero, ruda y tomillo. Mientras nos bañamos nos frotaremos el vientre de arriba a abajo y de derecha a izquierda diciendo "Que Dios te ampare y de mi te separe"
- Solo durante el baño pensaremos en el mal de ojo. El resto del día lo olvidaremos por completo pues cada vez que lo hagamos estaremos regando sus raíces.
- Clavaremos una herradura en la puerta de nuestra casa para ahuyentar el mal de ojo
- Limpiaremos y fregaremos con agua jabonosa toda la casa.
- Perfumaremos la casa quemando sándalo, rosa o incienso natural.
Además de estas recomendaciones básicas existen otro tipo de rituales de protección para el mal de ojo más complejos y específicos que podemos realizar para acabar con él, especialmente cuando se trata de mal de ojo voluntario, puesto que su poder es mucho mayor.