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Ejercicios para sentarse correctamente

La inmensa mayoría de las personas pasamos muchas horas sentados ya que ésta es la única posición que nos permite descansar parcialmente y realizar algo concreto al mismo tiempo (viajar, comer, conversar, conducir, leer, esperar, etc.)

Sentarse reduce la fatiga corporal, modera el consumo de energía, disminuye la función del sistema locomotor, favorece la actividad intelectual y facilita la estabilidad necesaria para realizar de mayor precisión. Pero si cuando nos sentamos nos "dejamos caer en la silla" y nos olvidamos de tomar conciencia corporal podemos acabar provocándole a nuestro cuerpo más inconvenientes que ventajas.

Cuando permanecemos sentados se produce una compresión en los glúteos, muslos y corvas, los cuales reciben la presión del peso corporal sobre el asiento. La inmovilidad prolongada afecta a la circulación y genera un paradójico cansancio en unas piernas que en teoría, están libres de actividad. Estas molestias en la posición sentada se producen sobre todo en los trabajos sedentarios en los que una persona puede permanecer hasta el 90% de su tiempo en la misma posición.

Cuando una persona no realiza ninguna actividad corporal fuera de las horas de trabajo, tarde o temprano aparecen los dolores de espalda, cabeza y cuello, problemas articulares, varices, calambres, trastornos digestivos... pudiendo llegar a convertirse en problemas crónicos. Realizar rutinas de movimiento es un buen método para reducir la oxidación celular y prevenir o aliviar molestias que afectan a quienes permanecen muchas horas sentados. Además estas rutinas reducen la saturación mental y nos proporcionan mayor calidad de vida, más ánimo y energía vital.

Dolor a consecuencia de una mala postura

Cabeza y cuello
Con la espalda totalmente apoyada en el respaldo y sin inclinar los hombros, comenzamos a bajar la cabeza muy lentamente y al llegar al punto máximo de flexión. Entonces realizamos tres respiraciones con la atención puesta en el vientre. Subimos poco a poco la cabeza hasta que esté completamente erguida y realizamos un par de respiraciones profundas liberando el aire por la boca en un gran suspiro. A continuación giramos despacio la cabeza hacia un lado tomando aire y, al llegar al punto máximo de extensión, lo expulsamos. Regresamos al centro, giramos la cabeza hacia el otro lado y repetimos el ejercicio. Estos movimientos favorecen el desbloqueo energético y estimulan la circulación sanguínea.

Manos brazos y hombros
Con la espalda erguida y ligeramente separada del respaldo de la silla, inspiramos profundamente mientras subimos los hombros al máximo. Mantenemos la postura y el aire durante unos segundos y dejamos caer los brazos mientras soltamos el aire en una gran espiración. Después comenzamos a realizar lentamente círculos con los hombros llevándolos al máximo de sus límites. Realizamos los movimientos unas cinco veces con los brazos y manos relajadas y manteniéndolos a los lados del cuerpo. Cerraremos las manos en un puño, apretándolas y después liberaremos los dedos extendiéndolos y separándolos entre sí. Para terminar dibujaremos círculos con las muñecas hacia ambos lados y luego las sacudiremos libremente.
Estos movimientos favorecen el desbloqueo energético y estimulan la circulación sanguínea.

Espalda y columna
Este ejercicio nos permitirá flexibilizar el costado, la espalda y la columna. Sentados en el borde de la silla con las piernas separadas a la anchura de las caderas, llevaremos un brazo por encima de la cabeza con la palma hacia abajo y cruzaremos el otro por delante del abdomen con la palma hacia arriba. Inspiraremos y al exhalar inclinaremos el torso hacia un lado.

Cadera y piernas
La inmovilidad de las piernas junto al peso corporal que descansa sobre la cadera origina un estancamiento energético que provoca una fatiga generalizada.
Para realizar este ejercicio tenemos que ponernos de pie, apoyar nuestras manos a ambos lados de la cintura y, manteniendo las piernas lo más relajadas posible, flexionar y estirar las rodillas de forma alterna libremente. Cuando sintamos que nuestras piernas están relajadas comenzaremos a dibujar círculos con la cadera primero hacia un lado y después hacia el otro acompañando el movimiento con el cuerpo y respirando con normalidad.
Las vibraciones producidas con estos movimientos liberal la rigidez acumulada y favorecen el buen ánimo.