La convivencia es un paso importante que dar en pareja. Implica un cambio en la relación hacia el afianzamiento del compromiso entre ambos e implica también compartir muchas más horas juntos, lo cual no siempre es fácil. Hacer que funcione no es solo cuestión de amor. Dos personas pueden estar muy enamoradas y sin embargo cargarse su relación por completo porque no les funcione la convivencia.
Es evidente que no existe ningún remedio para que la convivencia entre dos personas sea un éxito, pero sin embargo sí existen una serie de "reglas de oro" que os ayudarán mucho a conseguirlo.
- Cultivar la pasión: la sensación inicial de enamoramiento llega un punto en el que se acaba y de ahí lo importante de seguir esforzándose porque la pasión no se extinga. Conseguirlo es tan sencillo como ser cariñosos y demostrar lo que sentimos o tener pequeños detalles con nuestra pareja. Ir a cenar al restaurante del que te habló o regalarle el nuevo libro de su autor favorito pueden ser dos buenos ejemplos.
- Tener una comunicación sincera: es básico saber escuchar, por supuesto, y también saber decir las cosas. Se puede ser muy hiriente si no escogemos adecuadamente nuestras palabras a la hora de expresar a nuestra pareja lo que queremos decir. La clave está en ponernos en el lugar del otro para tratar de entender si eso que pensábamos decir puede hacerle daño dicho de esa forma.
Es también importante saber qué podemos contar a nuestra pareja y qué es mejor que nos guardemos para nosotros. Ser sinceros significa hacer transparentes los sentimientos y transmitir al otro nuestros sueños y proyectos. Por eso si quizá un compañero de trabajo nos resulta muy atractivo, podemos aplicar el sentido común y decidir no contárselo a nuestra pareja.
- Aceptar a nuestra pareja: el tiempo de relación, las circunstancias externas como el trabajo y la convivencia es probable que provoquen cambios en nuestra pareja y por eso es importante aprender a respetar sus diferencias con nosotros (siempre y cuando estas no sean insalvables) y pensar si tal vez, no somos nosotros también quienes hemos cambiado. Si hay algo que jamás debemos hacer es comparar nuestra pareja con otra cercana (amigos, hermanos, etc.) Cada pareja es un mundo.
- Mantener el contacto con la familia y los amigos: le ocurre a muchas parejas, que se encierran uno en el otro y no se relacionan con nadie más. Esto es un completo error y solo puede provocar que nuestras amistades y familiares no se lleven bien con él o ella y viceversa, al entender que nuestra pareja nos está alejando de ellos.
- Dar libertad a nuestra pareja: es importante que cada miembro de la pareja continúe teniendo su propio espacio para hacer lo que más le guste. De hecho que cada uno practique su afición por separado es una buena forma de comprobar cuánto echamos de menos a nuestra pareja cuando no está a nuestro lado.
- No perder el sentido del humor: ver la vida con humor ayuda en cualquier situación, incluidas aquellas en las que nuestra pareja parece no estar poniendo muy buena cara. Aprender a desdramatizar con una sonrisa amable y honesta es siempre un gran antídoto.
- Ser generosos: es importante que aprendamos a dejar de pensar siempre en nosotros primero y después en nuestra pareja. Dejar a un lado nuestros propios intereses y anteponer los de nuestra pareja es sin duda una gran prueba de amor.
- Aprender a superar las crisis: toda convivencia genera periodos de crisis, es algo totalmente normal. Se trata de intentar de evitarlas, y si surgen, aprender a superarlas. Para ello es importante aprender a pedir perdón y a perdonar y por supuesto no faltar nunca al respeto a nuestra pareja. Pasado el temporal seremos capaces de hacer una lectura positiva y nos daremos cuenta de que hemos aprendido algo nuevo sobre la persona con la que compartimos nuestra vida y nuestra relación se ha fortalecido.