La afinidad entre estos dos signos es casi siempre positiva: aun siendo opuestos en la esfera zodiacal, y por lo tanto, de carácter distinto, de todas formas tienen los mismos fines. Ambos signos buscan la seguridad, aman la casa, piensan en el futuro, rehúyen de todo riesgo al punto que prefieren las cosas modestas y renunciar a las grandes miras. El vínculo tiende a ser profundo, sobre la base de la confianza y la fidelidad recíproca.
Por otro lado, una oposición indica que dos fuerzas opuestas están “en guerra”; éstas se refieren a las de la Luna y Saturno, regentes, respectivamente, de Cáncer y Capricornio. Es difícil imaginar dos elementos más distantes que la Luna y Saturno.
Entre otras cosas, la Luna (Cáncer) representa los sueños, el cambio, el movimiento o el viaje, los recuerdos, las reflexiones, la suavidad y la dependencia. Mientras que Saturno (Capricornio) representa las realidades, la estabilidad, la cautela, la espera, el tesón, la dureza y la autarquía.
Cáncer y Capricornio deberán elegir tarde o temprano, cuál de estas fuerzas opuestas, que consisten en lo lunar y lo saturnino, predominará en su asociación. De lo contrario la asociación misma se convertirá en un campo de batalla sobre el cual se cruzarán indefinidamente cañonazos simbólicos.
Podrían surgir algunos inconvenientes debido a que la Cabra, a diferencia del Cangrejo, suele poner el dinero y el bienestar material por encima de otros valores importantes para una pareja. Los nativos de Capricornio sienten que logran su bienestar emocional a través de sus logros materiales; ésto puede llegar a disgustar al nativo de Cáncer, quien sus valores están puestos principalmente en la familia.
De todas maneras, los nativos de Capricornio brindan protección y respaldo para los nativos de Cáncer, y aunque éstos no vean en las cosas materiales la base para una relación exitosa, se alegrarán de contar con ello ya que significará un medio para llegar a su objetivo familiar.
En todo tipo de oposición existe la posibilidad deseable de que los opuestos se complementen. Cada uno tiene lo que el otro anhela, necesita, quiere, desea, y en consecuencia está secretamente ansioso por conseguir.
Si dos personas, cada una de las cuales tiene lo que la otra desea, y ninguna de las dos es egoísta; si ambas son generosas y se dan la una a la otra y comparten equitativamente sus emociones, la felicidad entonces estará asegurada.