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Cómo desarrollar la intuición

Todos hemos oído hablar de las personas intuitivas, o incluso puede que nosotros seamos una de ellas. Personas que son capaces de percibir mensajes sutiles en los demás, capaces de saber, por ejemplo, lo que de verdad piensa alguien o si es el momento oportuno para llevar a cabo una determinada acción.

La intuición es algo que en principio posee todo ser humano. La diferencia la marca la capacidad de cada uno para estimularla, para convertirla en algo en lo que confiar.

El psicólogo Carl Gustav Jung decía que la intuición es una de las cuatro funciones de la psique. La primera es la percepción, la segunda el pensamiento, la tercera el sentimiento y la cuarta la intuición. Afirmaba que la intuición recordaba al individuo sus orígenes y experiencias y le decía también y a dónde debía ir.

La intuición permite integrar eficazmente lo que sucede tanto en el entorno físico como en los estratos más ocultos de la mente. Por eso se le considera una eficaz herramienta capaz de aclarar las dudas en momentos complicados y de ayudar a las personas a tomar decisiones correctas.

La intuición procede del inconsciente, que a su vez está formado por todo lo que sabe una persona pero de lo que no es consciente (porque lo ha olvidado o reprimido) todo lo que se siente, piensa, recuerda o desea… junto con sus las necesidades y los arquetipos sociales.

La imaginación es una herramienta de la que se sirve la intuición. Le resulta muy útil ya que aúna informaciones, experiencias personales, deseos y sentimientos y genera una gran sabiduría. Potenciando nuestra imaginación, ayudaremos también a desarrollar nuestra intuición.
También podemos por ejemplo, investigar el significado de nuestros sueños. Se trata de que lo hagamos en clave personal para obtener información muy valiosa por ejemplo, sobre nuestras motivaciones y miedos.
Interpretar desde un punto de vista personal las cosas que suceden en el exterior también es otra forma de potenciar nuestra intuición. Precisamente es el fundamento en el que se basan las artes adivinatorias.

Además existen una serie de prácticas útiles para potenciar nuestra intuición:
- Controlar nuestras emociones
Es el primer paso para poder escuchar qué dice nuestra intuición. Cuando estemos alterados podemos probar a visualizar que calmamos un lago de aguas revueltas.
- Ser conscientes de nuestras emociones
Grabaremos lo que sentimos y pensamos dejando fluir las palabras y expresando todo cuanto se nos ocurra, por pequeño que nos parezca. Después escucharemos esas ideas para que seamos conscientes de nuestros propios sentimientos.
- Hacernos una pregunta antes de ir a dormir
Nos plantearemos una pregunta sin buscar la respuesta lógica antes de ir a dormir. Es probable que al despertar tengamos la respuesta, pues el sueño permite al cerebro organizar ideas.
- Realizar pequeñas adivinaciones
Podemos tratar de adivinar quien llama al teléfono o al timbre.
- Buscar respuestas en clave
Observaremos las imágenes y símbolos que nos rodean y los evaluaremos en relación con los temas que nos preocupan.