Armando Manzanero Canché es un músico, compositor, cantautor y productor mexicano, nacido en Yucatán el 7 de diciembre de 1935. Conocido como Armando Manzanero, este nativo de Sagitario ha escrito más de 400 canciones, de las cuales 50 han recorrido el mundo entero, además de haber grabado más de 30 discos y musicalizado varias películas.
Desde muy pequeño, a la edad de 8 años, Armando comenzó sus estudios de música en la escuela de Bellas Artes de su ciudad natal y luego se trasladó a la ciudad de México para completar su formación.
Con tan solo 15 años demostró su espíritu entusiasta y aventurero, características propias de su signo Sagitario, componiendo su primera canción, una melodía titulada "Nunca en el mundo". Un año más tarde, debutaría profesionalmente como pianista.
Armando Manzanero es poseedor de una mente abierta, siempre dispuesto a emprender nuevos proyectos. Aventurero nato como su signo de fuego se lo indica, entre sus temas más populares podemos citar: "Esta tarde vi llover", "Somos novios", "Contigo aprendí" o "Por debajo de la mesa", entre tantas otras.
Reconocido por su impecable labor como compositor y afortunado por la presencia de su regente Júpiter (el planeta más grande del zodiaco), sus hermosas canciones románticas han sido interpretadas por artistas de calidad indiscutible, entre ellos, Tony Bennet, Frank Sinatra, Cristina Aguilera y Luis Miguel.
Sin ningún lugar a dudas, Manzanero es un hombre polifacético, vivaz y optimista representante de Sagitario, un viajero incansable que ha recorrido el universo interpretando y transmitiendo sus bellas melodías.
Decir Armando Manzanero es hablar de un artista con una naturaleza soñadora, con ansias de ir más allá, lejos de la mediocridad; un Sagitario idealista pero con los pies en la tierra. Fue el primer mexicano en recibir un Grammy americano, siendo considerado el compositor romántico más importante de la posguerra.
Sus casi 50 años de brillante carrera lo avalan como una leyenda viviente, un Sagitario que ha logrado con todo su ser, cantarle tanto al corazón como al alma.