La parte del cuerpo más vulnerable de todo Cáncer es el estómago. Puesto que no resiste bien el exceso de actividad al que suelen someterlo, son frecuentes en este signo toda clase de problemas digestivos como flatulencias, acidez, estreñimiento, diarreas o mal aliento bucal.

Además Cáncer tiende a ser desorganizado y excesivo en sus comidas. Engorda fácilmente y no sigue una dieta sana y equilibrada. Come mucho cuando tiene hambre o se siente preocupado y después para adelgazar no duda en someterse al más estricto régimen que conozca. Algo nada saludable.

Es adecuado que Cáncer consuma con frecuencia:
- Cereales (trigo, arroz, avena, centeno, cebada.. deben consumirlos especialmente en las cenas)
- Hortalizas de raíz (espárragos, zanahorias, guisantes, alcachofas… siempre cocidas)
- Especias (pimienta, canela, azafrán, curry, etc.)
- Plantas aromáticas (perejil, tomillo, laurel, comino, etc.)
- Leche y sus derivados.
- Carnes desgrasadas, especialmente pollo.

Por el contrario hay una serie de alimentos que Cáncer no asimila bien y debería evitar:
- Fruta cruda (no así la fruta seca, que sí puede consumir)
- Carnes grasas (cordero, buey, etc.)
- Pescados grasos, sobre todo los crustáceos.
- Dulces y azúcar (en su lugar puede tomar miel)
- Sal.
- Bebidas con gas.

Pero no basta con que Cáncer consuma los anteriores alimentos. Debe aprender a hacerlo despacio y en cantidades moderadas. Necesita acostumbrarse a hacer al menos cinco comidas diarias ligeras y tratar de no beber agua mientras come.

También influye negativamente en la salud de los nativos de Cáncer su nerviosismo. Por eso resulta muy recomendable que practiquen algún deporte y actividad relajante como pueda ser el yoga, la meditación o los ejercicios respiratorios.

Por último, la hidroterapia puede ayudar mucho a Cáncer a mitigar su nerviosismo y también a mejorar la circulación sanguínea en sus extremidades.