Horóscopo de Hoy

Toma las riendas de tu vida

Le sucede a muchas personas que tienen la sensación de vivir al margen de su propia existencia, sin ninguna influencia sobre su propio destino y esta situación les genera un gran sufrimiento. Viven su vida como "espectadores" de la misma.

Otras en cambio, se decantan de forma voluntaria por esta existencia cómoda, y previsible por miedo a equivocarse o a sufrir. Prefieren la comodidad al riesgo. Se limitan a vivir dentro de su zona de confort en la que no hay lugar para el cambio y en la que se dedican a la repetición de lo ya conocido. Es aquí donde se sienten seguros, pero donde también se estancan y envejecen prematuramente. Quienes con esfuerzo logran salir de esta zona reconocen a posteriori que vivían en un estado que les impedía participar activamente en la vida social.

En el polo opuesto a los "espectadores" están los "actores", es decir, aquellos capaces de lanzarse de cabeza y actuar para influir en su propio destino. Esta clase de personas cuentan a menudo con un factor de personalidad determinado genéticamente y que las hace más proclives que otras a realizar conductas de riesgo (entendiendo por conductas de riesgo, no conductas peligrosas o temerarias sino conductas que generen cambios e incertidumbre). También la educación o la ideología tienen un peso importante. Hay familias con un patrón de aprendizaje relacionado con el miedo a enfermedades, accidentes, fracasos, etc que resultan muy limitadores a la hora de tomar decisiones.

Mujer feliz

Para poder tomar las riendas de nuestra vida debemos comenzar por analizar quienes somos, conocernos, saber de qué recursos disponemos y a dónde podemos llegar, y posteriormente planificarlo, para lo cual se necesita tiempo y tranquilidad. (A menudo la falta de tiempo hace que tomemos las decisiones por más impulso que por análisis)

Necesitamos tiempo para pensar cuál es nuestro propósito en la vida y una vez lo tengamos claro, podremos trazar un plan para lograrlo. Solo si actuamos de esta forma, aunque no obtengamos los resultados que esperábamos, habremos sido coherentes con nuestro plan y antes o después obtendremos los resultados esperados. Necesitamos concedernos un tiempo para lograrlo e ir poco a poco.

Seguir el plan trazado pasa por comenzar a hacer cambios, pero puesto que es difícil hacer grandes cambios (de hecho, cuando se hacen y las cosas no salen como esperábamos tendemos a volver a la situación anterior por un mecanismo de autodefensa). Lo más recomendable es comenzar por cambios pequeños, sencillos y constantes. Debemos identificar algo de nuestra vida que nos gustaría hacer o mejorar y que no hayamos hecho por falta de tiempo o de atrevimiento. Una vez identificado el "qué", hay que pensar en el "cómo". O lo que es lo mismo, pasar a actuar. Desde el momento en el que decidamos que pasamos a la acción estaremos tomando las riendas de nuestra vida.

Pero además, convertirse en los actores de nuestra vida pasa obligatoriamente por aceptar que somos los únicos responsables de nuestra existencia. Debemos entonces, dejar de culpar a los demás, al pasado o a las circunstancias exteriores de nuestra infelicidad. Sólo entonces nos sentiremos capaces de luchar contra la inercia de seguir viviendo en nuestra zona de confort.

El gran reto es aprender a ser uno mismo. Aceptar esta responsabilidad no es fácil, en muchos casos conlleva una etapa de depresión, de soledad o de vacío pero incluso en esta fase tenemos la posibilidad de elegir salir a flote.