Horóscopo de Hoy

Supera la pérdida de un ser querido

Nadie está preparado para afrontar la muerte de un ser querido. A menudo tendemos a pensar, como los niños, que la muerte no existe y que todos viviremos para siempre. Hasta que nos toca a nosotros (algo que antes o después siempre ocurre) y nos llena el dolor.

Ese dolor es tan profundo, tan desgarrador, tan fuerte, que no deja espacio para ninǵun otro sentimiento. El dolor puro es de tal intensidad que apenas dura unos minutos, y cuando pasa, nos quedamos vacíos del todo, como anestesiados. No sentimos nada, y al rato otra vez el dolor y otra vez la nada.

Ese vacío que ha dejado la persona que se ha ido lo vamos llenándolo de rabia, de miedo al futuro o de culpabilidad. Con frecuencia sentimos que hemos hecho poco por esa persona que se ha ido. Si murió por culpa de una enfermedad nos culpamos por no habernos dado cuenta antes de que estaba enfermo; si se trató de un accidente, por permitir que cogiera el coche; si murió a consecuencia de la vejez, nos culpamos por no haber sido más comprensivos o más tolerantes… Pero sobre todo, nos culpamos por estar vivos.

En esa primera fase del duelo es común tener la sensación de que la persona que ya no está va a cruzar la puerta de casa en cualquier momento y todo va a volver a ser como antes. Es frecuente también que soñemos con la persona desaparecida ya que hacerlo es una manera de llenar el vacío.

Madre afectada por la pérdida de un ser querido

Es el tiempo el que hará que nuestra herida cicatrice, que el sol vuelva a salir para nosotros y volvamos a tener ganas de vivir. Pero para que ese momento llegue lo antes posible existen una serie de consejos que también nos ayudarán a llevar nuestro duelo.

- Acepta el dolor: Ante la pérdida de un ser querido el dolor es inevitable. Si intentamos huir de él (trabajando, saliendo frenéticamente, etc.), antes o después tendremos que afrontarlo. Lo único que podemos hacer es comprender que solo el tiempo curará de verdad la herida.

- Habla de ello: Hablar sobre la persona que se ha ido suele ser instintivo. Es una forma de seguir conectada a esa persona y por tanto, no hay por qué reprimirlo.

- Sufrir menos no equivale a olvidar: A veces creemos que el sufrimiento es lo que nos une a la persona que se fue y dejar de sufrir es olvidarla y por eso nos resistimos a dejar de sufrir. Pero la mejor forma de recordar a esa persona es celebrar su vida y también la nuestra.

- Pide ayuda: No debemos tener miedo a pedir ayuda a nuestros familiares, amigos o profesionales si sentimos que la necesitamos.

- Busca nuevos afectos: No se trata de reemplazar el afecto de la persona que se ha ido sino de buscar rincones para el amor y la compañía en nuestros amigos y familiares para hablar y compartir con ellos cómo nos sentimos.

- Deja a un lado las exigencias: No debemos exigirnos estar bien si no lo estamos, salir si no nos apetece hacerlo o liberarse de inmediato de las cosas de la persona que se ha ido si todavía no estamos preparado para ello. Tómate tu tiempo y asume que no hay reglas cerradas para llevar el dolor.

- Permítete hacer cambios: Es posible que sintamos que necesitamos cambiar de entorno, o una habitación. Con ello no estamos traicionando a nadie. Es normal que tras haber pasado por la pérdida de un ser querido necesitemos cambiar el escenario.

- Disfruta de la vida: Realizar deporte, bailar, escuchar música... nos ayudará a sentirnos mejor, y no debemos sentirnos culpables por disfrutar de ello. Al fin y al cabo es un mecanismo de supervivencia de nuestro propio organismo.

- Escribir tus emociones: Escribir sobre tus experiencias y reflexiones puede ser una forma de verbalizar tu dolor y ayudarte a "sacarlo".