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Los beneficios del oxígeno

La respiración es nuestra principal fuente de absorción de oxígeno. A través de ella proporcionamos energía a nuestras células, mantenemos en buen estado los pulmones y tejidos y favorecemos los procesos metabólicos. Además a través de la respiración ayudamos también a nuestro organismo a eliminar toxinas e incluso a relajar el sistema nervioso.

En ese proceso de respiración el oxígeno nos llega en una proporción de aproximadamente el 17%, pudiendo aumentar hasta el 21% si nos encontramos en zonas alejadas de la contaminación como bosques o el mar. Pero empleado en proporciones superiores o a mayor presión, puede aportarnos numerosos beneficios en distintos campos como la medicina, la estética o la relajación. De hecho cada vez son más los expertos que avalan su uso.

El origen de los tratamientos basados en el uso del oxígeno (también llamado oxigenoterapia) lo encontramos en la medicina y el deporte profesional y se remonta a finales del siglo XIX, cuando Paul Bert y John Scott Haldane empezaron a emplear el oxígeno puro para tratar la enfermedad descompresiva de los buzos que éstos sufrían cuando emergían a la superficie sin la necesaria descompresión.

Posteriormente el avance tecnológico permitió el desarrollo de las cámaras hiperbáricas (cápsulas herméticas que imitan el entorno de las profundidades marinas y que permiten el aumento controlado de la presión en su interior en las que al paciente se le hace respirar oxígeno en concentraciones muy superiores a las habituales).

Mujer respirando oxígeno

Hoy en día se la terapia hiperbárica continúa utilizándose aunque ya con aplicaciones mucho más diversas en patologías específicas, como puedan ser lesiones secundarias al tratamiento con radioterapia por los efectos regeneradores y anti inflamatorios que posee el oxígeno y que permiten agilizar la cicatrización y recuperación de lesiones. Junto con estas, la medicina hiperbárica continúa utilizándose al servicio de la medicina deportiva puesto que es una aliada en el tratamiento de traumatismos y fracturas en general.

Entre las terapias que utilizan el oxígeno se encuentra la ozonoterapia, una técnica que combina las propiedades del ozono con las del oxígeno (mezcla de 5% ozono y 95% de oxígeno). Dicha técnica ha dado muy buenos resultados médicos, presenta un alto grado de tolerancia en los enfermos y no supone un coste alto. Es además especialmente útil en los casos de hernias de disco, fibrosis postquirúrgicas u osteoartrosis degenerativa de columna vertebral.

En el campo de la belleza el oxígeno destaca por sus beneficios en el cuidado de la piel. Una piel desvitalizada es un síntoma de falta de oxígeno por lo que realizar un aporte extra de este elemento significa transferir energía y vitalidad a las células. Por ello cada vez más productos de belleza incluyen oxígeno entre sus componentes. Sus fórmulas ayudan al proceso de oxigenación celular y permiten a la piel respirar mejor.

La oxigenoterapia wellness es otra variante a la hora de utilizar el oxígeno. Consiste en la inhalación de oxígeno que ofrecen muchos balnearios y spas con el fin de tonificar y revitalizar el organismo, retrasar el envejecimiento pulmonar y ganar relajación. Otra forma de obtener efectos similares sería mediante el consumo de agua enriquecida con oxígeno embotellada.

Por último otra forma de disfrutar de los beneficios del oxígeno es acudiendo a un bar de oxígeno. Se trata de un establecimientos que permiten consumir de forma individual oxígeno mezclado con distintos aromas de plantas y frutas como puedan ser eucalipto (descongestionante), lavanda (relajante), menta (antiestrés) con el objetivo de poder disfrutar al mismo tiempo de los beneficios del oxígeno y de la planta elegida.