La acupuntura es el método terapéutico chino ancestral que busca restablecer y equilibrar el flujo energético del organismo mediante la estimulación con agujas de unos puntos clave del cuerpo humano.
La acupuntura es muy popular en China y Japón y se combina con la moxa, que consiste en un cilindro hecho con hojas secas de la planta sisim o hierba de San Juan que se coloca sobre la piel y al que se deja arder con el objetivo de que estimule un determinado punto mediante la acción del calor.
La acupuntura, inscrita dentro de la medicina tradicional china, afirma que no es necesario llegar a la enfermedad: "la percepción sutil de los síntomas permite prevenir antes de curar, pues todo está íntimamente relacionado, de modo que los síntomas son manifestaciones de un desequilibrio que es posible requilibrar".
En la base de la acupuntura están presentes conceptos fundamentales del pensamiento oriental entre los que está la filosofía taoísta del yin y el yang que afirma que todo lo natural está formado por dos partes opuestas, pero necesariamente complementarias, que se transforman y se incluyen mutuamente y la teoría de los meridianos, que guarda una relación directa con la acupuntura.
Según la medicina tradicional china existen zonas cutáneas privilegiadas llamadas Tsing (pozos), que están relacionadas con los principales elementos y funciones del organismo y por las cuales fluye la energía vital. Estas zonas están repartidas por el cuerpo humano siguiendo trazados lineales llamados meridianos por los occidentales y Jing por los chinos, y sobre cuyo recorrido es posible aplicar agujas para recuperar el equilibrio armónico de la energía.
La forma más común de aplicar la acupuntura es mediante agujas filiformes. Las agujas utilizadas son normalmente de acero inoxidable, aunque a veces son de plata, oro o aleación. Las hay de diferentes longitudes y diámetros, pero el más utilizado es de 0,26 mm. Una vez introducida la aguja en el paciente, se efectúan ciertas manipulaciones para que éste tenga una reacción. Es probable que el paciente sienta entumecimiento, hormigueo, hinchazón y pesadez en el sitio punzado. El médico debe notar una fuerza de resistencia contra la aguja al pinchar el lugar adecuado. Se trata de lo que se llama "la llegada del qi" Tras retener el paciente la aguja durante 10 o 20 minutos en función de su caso, ésta es retirada.
Existen además distintas otras formas de aplicar los principios que encierra la acupuntura:
- Agujas calientes: se utiliza una aguja calentada a fuego vivo con la cual se pincha al paciente en ciertos puntos elegidos. Se utiliza especialmente en casos de dermatosis.
- Acupuntura intradermal y subcutánea:Emplea agujas finas que son pinchadas al paciente superficialmente. En algunos casos se dejan durante un cierto tiempo. Esta técnica se usa sobre todo para tratar enfermedades crónicas.
- Ventosas: se fijan sobre la superficie de la piel y se utilizan especialmente para acabar con los bloqueos de energía, el estancamiento de sangre y los factores patógenos externos. En ocasiones se ponen y quitan rápidamente mientras que otras el médico acupuntor las mueve una vez colocadas. Es frecuente que esta técnica se combine con la acupuntura.
- Inyectopuntura: esta terapia lo que hace es inyectar medicamentos, suero, oxígeno, sangre, etc. en los puntos de acupuntura. Combina la teoría básica de la medicina tradicional china con la farmacología moderna.
- Laserpuntura: En ella se utiliza la luz de un láser para actuar sobre los meridianos. Su calor, presión y efecto magnético proporcionan efectos muy satisfactorios a la hora de tratar enfermedades difíciles de curar por otros medios.
- Magnetopuntura: se basa en los efectos de las acciones del campo magnético sobre los meridianos. Utiliza agujas intradermales con un pequeño imán sobre la cabeza de la aguja las cuales se insertan en los puntos acupunturales.