Horóscopo de Hoy

Haz que funcione tu segundo matrimonio

Tras un primer matrimonio fallido, podemos conocer a alguien, enamorarnos y llenos de ilusión y esperanza, plantearnos la decisión de volver a casarnos. Desde luego que el éxito no está asegurado, pero tampoco hay porqué ser pesimistas antes de tiempo. Somos más maduros que en el pasado y hemos (o deberíamos haberlo hecho) aprendido de los errores anteriores derivados, por ejemplo, de la convivencia o de problemas de adaptación.

La clave para hacer que funcione un segundo matrimonio pasa por no caer en una serie de trampas muy comunes.

- No analizar la ruptura de nuestra primera relación matrimonial, es decir, no examinar las razones por las que el matrimonio ha fracasado. No hacerlo nos puede llevar a cometer los mismos errores. No podemos creer que si fue nuestra pareja quien decidió poner fin al matrimonio nosotros somos la víctima y no cometimos ningún error. Se trata de que tomemos conciencia de nuestros propios errores para que en la siguiente relación no volvamos a repetir lo vivido.

- Elegir por oposición: Para evitar errores del pasado hay quienes deciden elegir a una pareja totalmente opuesta a la anterior. Pero este tipo de decisiones no son emocionalmente fiables.

- Comparar: Los especialistas en pareja aconsejan esperar un tiempo antes de lanzarse a un nuevo compromiso. Las segundas parejas no deben solaparse a las primeras ni tampoco debemos empezar a convivir inmediatamente después de una ruptura. Quienes lo hacen están en el fondo tratando de tapar el fracaso con otra relación, tratando de usar la segunda pareja "a modo de tirita" cuando la nueva pareja no debería en ningún caso ser un sustituto. Cada nueva relación es una nueva oportunidad de mejorar. Hay que darse un tiempo para asimilar lo que ha pasado y para que la segunda pareja sea algo nuevo y no repetitivo. Tampoco es aconsejable comparar a nuestra nueva pareja con la anterior para intentar encontrar en ella algo que tenía la anterior. Lo que tenemos que pensar es cómo nos sentimos con esa pareja y cómo es con nuestros hijos (si los tenemos).

Recién casados en una limusina

- No crear un espacio propio: Cuando existen hijos de la primera relación, puede resultar complicado iniciar una nueva relación. Los hijos ocupan un espacio que hay que respetar, no se debe competir con ellos ni robarles un espacio que les es suyo. En su lugar hay que crear un espacio propio, alimentar la pareja, construirla, no sentirse culpable por estar en pareja y no con los hijos.

- Esforzarse para estar bien: En los sentimientos esforzarse siempre resulta contraproducente, porque la afectividad y la sexualidad no dependen de la voluntad sino del buen clima de la relación.

- Tener un "ex" demasiado presente: Algunas personas mantienen una excelente relación con sus antiguas parejas. Al más mínimo problema es a ellos a quienes recurren. No debemos olvidar que la otra persona existe, que tenemos una nueva pareja y que debemos preservar un espacio de intimidad para la segunda pareja.

- Separarlo todo: Tras la desconfianza surgida de un primer matrimonio fallido hay personas que optan por conservar sus aportaciones materiales y afectivas.

- Renunciar a tu parcela individual: Este error es más frecuente en los primeros matrimonios, porque normalmente es en estos en los que se tiende a tener una confianza ciega hacia nuestra pareja por lo que en los segundos es más común querer ser más prudente y guardar una parcela de intimidad para nosotros mismos.