Horóscopo de Hoy

Escucha a tu niño interior

Según crecemos vamos aprendiendo, primero gracias a nuestros padres y después a todo lo que nos rodea, a distinguir lo que está bien de lo que está mal, a ser personas lógicas y coherentes y a hacer "lo que corresponde".

El problema es que a veces hacer "lo que corresponde" trae consigo que con los años olvidemos lo que realmente nos gustaba y lo que nos hacía sentir bien. Nos centramos en lo que "debemos hacer" y nos olvidamos por completo de lo que "queremos hacer" como consecuencia de una sociedad en la que se premia el éxito, se sobrevalora el sacrificio y se condena el placer. Lo cual da lugar a situaciones en las que alguien, pese a haber logrado sus objetivos, se siente infeliz y vacío, pero por supuesto se niega a sí mismo estas sensaciones.

Si queremos sentirnos plenos necesitamos recuperar lo perdido, mirar hacia adentro y volver a ponernos en contacto con ese niño espontáneo que fuimos y que sabía cuáles eran sus deseos, emociones y necesidades. Debemos aprender a dar cabida a nuestra parte más espontánea sin que ello suponga comportarnos de modo infantil para huir de toda responsabilidad.

Ese camino hacia nuestro niño interior empieza por cuestionar las "verdades absolutas" que nos vienen dadas desde fuera y que nos indican el supuesto camino del "éxito" y la felicidad.

Mujer conectada con su niño interior

Una vez hecho esto debemos pasar a aprender a descifrar la voz de nuestras sensaciones, la misma que en otras ocasiones tratamos de reprimir por miedo o que creemos que no nos dice nada cuando en realidad lo que ocurre es que llevamos demasiado tiempo silenciándola de manera inconsciente.

Esa voz es la responsable de que a veces sintamos un nudo en la garganta ante algo que hacemos de forma asidua pero que en el fondo nos desagrada, o que nos sintamos agobiados al entrar a un lugar que fingimos que nos gusta pero en el que en realidad preferiríamos no estar. En estos casos la voz de nuestras sensaciones nos está diciendo algo claramente. Pero escucharla y hacer caso a esa voz lleva consigo cambios importantes (de profesión, de trabajo, de pareja…) y esto nos asusta.

Si nos atrevemos a dar el paso de escucharla guiados por nuestro niño interior, seremos capaces de a ir a lugares en los que nos gusta estar, de hacer cosas que nos hacen sentir bien o de cultivar amistades sinceras y no solo de puro compromiso. Pequeñas cosas que nos harán felices y de las que sin embargo decidimos privarnos día a día.

También puede suceder que nuestro niño interior no apunte tan claramente a lo que nos gusta. Pero si escuchamos la voz de nuestras sensaciones, podremos saber al menos lo que nos disgusta y ahí tendremos la primera pista para buscar nuestro lugar, nuestra manera de vivir plenamente en el mundo.

Para ayudarnos a conectar con nuestro niño interior podemos practicar la visualización. Vernos volviendo a la casa de nuestra infancia, recorriendo las habitaciones, observando cada detalle de ellas, contemplándonos a nosotros mismos cuando éramos un niño o una niña y tratando de hablar desde el alma de ese niño para expresar qué sentimos nos será de gran ayuda para conectar con el niño que fuimos. Nos permitirá saber si aún hoy reclama algo que no recibió y en el caso de que así sea, podremos proporcionárselo, subsanar nuestros temores, confusiones y frustraciones.