Horóscopo de Hoy

Disfruta del verano

El verano es sinónimo de sol, calor, luz intensa, vacaciones... pero también de noches sin dormir, calor asfixiante, humedad y depresión postvacacional. El verano provoca filias y fobias y lo cierto es que puesto que alteramos los hábitos que solemos seguir durante el resto del año necesitamos tomar unas ciertas medidas para que el verano no provoque en nosotros un desequilibrio y podamos disfrutar de él. Se trata de favorecer el bienestar estemos donde estemos.

- Exposición al sol: entre las doce de la mañana y las cuatro de la tarde no deberíamos permanecer expuestos al sol y si lo hacemos es recomendable que nos cubramos la cabeza con un sombrero y utilicemos crema de protección solar incluso en los días nublados. Después de tomar el sol es recomendable darnos una ducha fría y aplicar gel de aloe vera para refrescar la piel.

- La importancia del agua: es necesario beber por lo menos un litro de agua al día para recuperar el líquido que se pierde a través de la transpiración. Pero nuestra necesidad de agua puede multiplicarse si realizamos ejercicio físico intenso. Durante el día, podemos refrescarnos dándonos duchas muy rápidas (un par de minutos) de agua fría.

Amigas en vacaciones

- Practicar deporte: realizar deporte al aire libre es una estupenda excusa para pasar más tiempo con nuestros hijos, la familia o los amigos. Las horas más recomendadas para hacerlo son las primeras horas de día o las últimas horas de la tarde puesto que son las horas en las que las temperaturas no son tan altas. En nuestras sesiones de ejercicio podemos dedicar un tiempo a caminar descalzo sobre la arena, la hierba, la madera o la tierra pues el masaje en los pies produce un estímulo sobre las terminaciones nerviosas que favorece el buen funcionamiento de todos los órganos y sistemas del cuerpo.

- Dieta fresca y preventiva: en verano son comunes a causa del calor, la deshidratación, comer fuera de casa y la mala conservación de los alimentos las alteraciones digestivas. Para prevenirlas hay que asegurarse de la frescura y calidad de los alimentos que ingiramos y favorecer el tránsito intestinal a través del consumo de alimentos ricos en fibra como verduras, hortalizas y fruta. También es bueno consumir alimentos ligeros y fríos. Por otra parte es muy recomendable dejar que el cuerpo repose después de la comida, especialmente después de la cena.

- Descanso reparador: los horarios de sueño suelen alterarse en verano como consecuencia del calor o de las vacaciones. Hay que tratar de mantener la mayor regulación posible en nuestros horarios aunque nos acostemos mucho más tarde. La siesta es muy recomendable en esta estación del año. El momento justo para dormirla es el ecuador de la jornada y son suficientes 15 o 30 minutos de sueño. Lo ideal es despertarse antes de caer en la fase de sueño profundo. Por la noche resultará más sencillo conciliar el sueño si dormimos en una habitación en la que la temperatura no sea demasiado alta. Para lograrlo podemos bajar las persianas de las habitaciones durante el día y abrirlas al llegar la noche. No resulta recomendable sin embargo, dormir con aparatos de aire acondicionado encendidos.

- Respecto a las vacaciones, podremos sacarles mayor partido y evitar los conflictos derivados del hecho de pasar mayor tiempo de convivencia con nuestra pareja si:
Hacemos planes que satisfagan nuestras necesidades pero que también incluyan tiempo para disfrutar de no hacer nada.
Reservamos tiempo para nuestra pareja: las vacaciones pueden ser una estupenda oportunidad para fortalecer la relación con nuestra pareja.
Regresamos con serenidad: si al volver de vacaciones nos invade la tristeza podemos analizar qué cosas de nuestra vida normal conviene cambiar para que resulte más apetecible volver a ella.