A todos nos pasa. Siempre queremos aquello que no tenemos, nos lamentamos por lo que no conseguimos y nos quejamos porque las cosas no salen como esperamos. Seguir haciéndolo durante el resto de tu vida es una opción (pero posiblemente no te llevará a tener una existencia dulce y feliz) y empezar a cambiar desde hoy mismo es la otra. Está en tu mano hacerlo. Llevar una vida feliz en la que logres conseguir aquello que te propongas no está reñido con el dinero ni con la suerte, sino que depende de ti. Lee estos consejos atentamente y ponlos en práctica desde ya mismo. Llevar la vida que siempre has querido es posible.
Quejarte no es la solución
Cuando algo te salga mal, de nada sirve que te lamentes, pongas el grito en el cielo, busques culpables sobre los que descargar tu ira o te hagas la víctima para disculparte. Cálmate y si vas a ponerte a buscar algo, que sean soluciones. Solo si estás tranquila y serena lograrás dar con la mejor solución posible. Una vez haya pasado la tormenta y hayas solucionado con mayor o menor éxito tu problema, analiza lo ocurrido. Intenta sacar una lectura positiva. Piensa en qué falló o en qué hiciste mal. No solo evitarás que vuelva a suceder, sino que aprenderás a ver algo positivo en algo negativo, y eso es sin duda una gran lección.
Aprender a reírte de ti misma
El sentido del humor no es algo que tenga todo el mundo, de acuerdo, pero sí es algo que si te esfuerzas, puedes llegar a tener. No consiste en tomarte la vida como un chiste, sino en aprender a conceder a las cosas su justa importancia, desdramatizando aquellos asuntos que en realidad no son tan importantes ni merecen nuestro sufrimiento.
El sentido del humor nos permite aceptar mejor hasta las situaciones más complicadas y nos ayuda también a suavizar enfados y malentendidos entre las personas.
Si te equivocas y metes la pata, prueba a tomártelo con humor. Todos cometemos errores, por lo que si tú le quitas importancia al tuyo, lograrás que los demás hagan lo mismo.
Asume que no puedes caer bien a todo el mundo
Esto no es fácil para todo el mundo, puesto que hay personas que se empeñan con tanta firmeza en lo contrario, que se sienten tremendamente frustrados cuando se enteran de que alguien no los soporta. Si este es tu caso, libérate de esta pesada carga de inmediato. Seguro que a ti tampoco te cae bien todo el mundo, o como mínimo, no todo el mundo te cae igual de bien. No pasa nada. Aprende a vivir sin la presión de agradar a todo el que te rodea y serás mucho más feliz.
Establece tus metas
Podemos llegar a un punto en nuestra vida en el que nos sintamos tristes, vacíos y frustrados porque no hemos conseguido lo que queríamos o porque lo que tenemos (situación personal, laboral, etc) no nos llena en absoluto. Pero la cuestión es ¿alguna vez nos habíamos planteado qué queríamos conseguir? Sin un objetivo claro es imposible trazar un plan para cumplirlo. Pregúntate qué quieres conseguir en la vida y empieza a trazar la ruta que habrás de seguir para cumplirlo. No hay excusas que valgan. Nunca es demasiado tarde.
No te rindas
Alcanzar un objetivo importante no es fácil, requiere esfuerzo, superar numerosos e inesperados obstáculos y por supuesto nadie te puede garantizar que vayas a lograrlo. Pero si a la primera de cambio tiras la toalla y dejas de pelear por él, está claro que nunca lograrás lo que te propongas.
La perseverancia es una de las claves del éxito, de modo que no te rindas ni esperes a que tu sueño se cumpla sin hacer nada. Lucha cada día y esfuérzate por alcanzar eso que tanto deseas. Visualiza tu objetivo y pelea con todas tus fuerzas por él. Pero sobre todo, no dejes de pensar ni un solo día de tu vida que lo acabarás logrando.
Sé agradecida
La educación y la cortesía pueden llevarte más lejos de lo que imaginas. Si en general agradeces a los demás sus gestos por ti con una sonrisa honesta y unas palabras amables, mostrándote a su disposición cuando te requieran, podrás volver a contar con ellos siempre que necesites su ayuda. Una pequeña nota de agradecimiento o una sencilla llamada de teléfono son gestos amables que pueden llegar a proporcionarte inesperados beneficios laborales y sociales.
Aprende a quererte
Cuídate por dentro y por fuera. Cuida tu pelo, tu imagen, tu piel, pero por supuesto también tu alimentación y tus hábitos de vida.
Acéptate tal y como eres, pero no con resignación, sino con cariño. Valórate y siéntete bien contigo misma y si alguna vez alguien indeseable te hace sentir mal o te recuerda aquella vez en la que te equivocaste estrepitosamente, no dejes de repetirte todas las ocasiones en las que lo hiciste bien y recibiste toda clase de elogios.